domingo, 30 de agosto de 2009

Contrato Psicológico

Reciprocidad desde la Inducción
Cuando se habla de contrato psicológico se refiere a un acuerdo firmado “mentalmente”, es decir, cognoscitivamente, afectivamente, moralmente y emocionalmente. El contrato psicológico y todo lo que este significa tratan sobre un solo eje: la reciprocidad. La reciprocidad no es más que el vínculo que mueve la confianza, la motivación, el apoyo y por supuesto, el compromiso en cualquier relación humana.

Pareciera que cuando hablamos dentro del mundo organizacional actual, en toda su complejidad, de temas de satisfacción laboral, también hablamos de su principal variable: el compromiso organizacional. La base fundamental del compromiso es el contrato psicológico, es el sustrato que lo contiene, el elemento que mantiene el vínculo, es en definitiva, la reciprocidad que debe existir en cualquier “convenio humano”.

¿Qué espero de ti? Y ¿hasta donde llego yo por ti? Va a depender de la solidez del vínculo de reciprocidad, del contrato psicológico, es decir, de los valores que profese la organización, de aquellos valores que calen dentro de la dinámica comportamental del empleado, de las expectativas mutuas generadas al comenzar a relacionarse empresa y colaborador.

¿Qué tan flexible soy? Depende de lo que espero e ti, depende de lo que espero de mi organización, depende de las expectativas reciprocas y depende de la calidad y sostenibilidad del contrato psicológico que se ha establecido.

Pero, ¿cuál es la recomendación clave en este tema? La organización, a través de Recursos Humanos debe velar por lograr internalizar los valores de su negocio dentro de las formas de obrar de sus empleados, desde el inicio. Los programas de inducción son la primera ancla de un adecuado y estable contrato psicológico. Allí es donde deben dirigirse los primeros esfuerzos.

Un incumplimiento del etéreo contrato y nos encontraremos ante un inminente indicador de deserción laboral. Para potenciar el rendimiento, la productividad y por lo tanto el desempeño de los empleados, construir actividades que refuercen el contrato psicológico permite renovar las expectativas reciprocas entre las partes, liberamos el potencial al máximo de los trabajadores, ya que dan y aportan más de si mismos en torno a una causa común, porque sólo cuando hay confianza, sólo con compromiso, hay un desempeño que excede las expectativas.

El contrato psicológico no tiene prescripción alguna y depende de la habilidad de los que manejan Recursos Humanos, mantener, fortalecer y relanzar el contrato psicológico dentro de su fuerza laboral, cada día, cada lunes, cada nuevo año, en todas las actividades que produzcan bienestar dentro de su organización, lo cual es todo un reto digno de planificación e innovación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario